
Estar contigo, congelar el momento y no pensar más. Caminar sin presteza sobre quimeras para plasmar el contorno de tu fisionomía, guardando con recelo el momento en que me miras, para luego sentirme inane ante el consuelo de saber que me amas y ceder para darme por completa sin demandarle nada más a Dios que este recorrido dure para siempre contigo y sin ti.
En vigilia y Entre Cigarros...
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