7 de octubre de 2008

Vito Corleone y el amor.


Hoy, como casi todos los días, me levanto contenta y lista para dar y recibir lo mejor de la vida. Digo: qué bien me siento!. Doy gracias a Dios y al universo por el comienzo de un día nuevo y por otras cosas de importancia. Me baño, respiro profundo y luego me pongo a pensar en cosas negativas pero cierro el cajón para no entrar en pánico tan tempranito en la mañana (imagino mis sentimientos negativos albergados en un gran cajón, que cierro tan fuerte como puedo para evitar herirme). Voy al trabajo, me cercioro de tener los chelitos del peaje (lección aprendida) y voy en mi carro hablando sandeces conmigo misma, como si hubiese otra persona más y sonriendo como lista para un anuncio de pasta dental.
Entre reuniones y demás quehaceres laborales, me encuentro con mis pensamientos negativos nuevamente. Esta vez intento cerrar la “caja” que tanto esfuerzo me da ocluir, pero se me imposibilita. Mi ánimo va bajando. Entro al Messenger, me encuentro con varios amigos y chateo un poco para despejar la mente. Todos, en el día de hoy, conversamos sobre lo mismo: dependencia emocional. Los cuestioné a todos con lo mismo: por qué algunos de nosotros necesitamos depender de otro ser humano para sentirnos completos?. Qué porquería todo esto!, me dije…el amor realmente es difícil de encontrar!. Cuándo mierdas llegará el momento en el que dejemos de dudar de otros para poder coexistir libremente, sin pensar en que ese otro puede hacerte daño o burlarse de ti. No conozco persona alguna que viva confiado. El mundo está jodido!. Me encontré lo bastante incómoda, como para darle un toque a mi amiga Dolly por el Messenger, para que lo único que saliera de estos dedos fuese lo siguiente: sabes qué?!, hoy compraré un amor. Ella respondió que como habría yo de comprar un amor, si eso no se compra, que cómo así, a lo que respondí: sí!, me compraré un vibrador! y se llamará Vito, Vito Corleone!.
Al salir del trabajo me dirigí a la “compra del amor” y al llegar al lugar me encuentro sola en la tienda con la joven que brinda atención a los clientes. Pensé: bueh, ahora e´!, sola en la tienda. Verificaré cada pájaro de esos hasta encontrar el que quiero para mí.
La joven me saluda con mucha cordialidad, y yo (dominicana al fin) en voz alta le digo: dónde tienes los vibradores?!. No quiero saber de hombres!, me rindo!, y no es que sea pájara, es que me harté!.
La jeva, como acostumbrada a estos shows, me pone cara de “no te preocupes, tengo muchos modelos y a buen precio”, y efectivamente, tenían de todos los colores, texturas y tamaños; blancos, rosados, negros, amarillos, grandes, medianos, chicos, anchos, angostos, pero uno que otro con objetivos distintos, aunque con uno en común: consolar!. Señores, de la nada empezaron a entrar personas a la tienda (como 10), una detrás de otra y la jeva probando como 3 tipos distintos para que yo viera su intensidad de vibración, entre otras cosas. No me quedo más que elegir uno y salir de eso con la rapidez de uno que necesita un baño. Compré a Vito!, pensé: es la pareja más elegante que he tenido y hasta el momento me hace sonreír y sólo llevamos unas cuantas horas juntos. Nunca me engañará, siempre estará ahí para mí y no podrá hablarme, ni prohibirme nada. El y yo seremos uno!.
Llego huyendo a casa, feliz por mi nuevo compañero. Subo las escaleras a la habitación y destapo la caja de la consolación para saludar al Sr. Corleone, y con el mismo ímpetu con que llegué a la casa y abrí la caja, así mismo la cerré: Vito Corleone no vino con baterias incluidas!, panic attack!. Me desmoroné en la cama, miré al techo y pedí paciencia con todo y mi “etrallón emocional”. Ya era muy tarde para llamar al colmado y pedir unas baterías para ayudar a Vito esta noche, así que me conecté, recopilé paciencia y aquí estoy.
Después de todo esto, como siempre, solo quedo yo, con una sonrisa de niño que recibe educación especial, y esperando que en el día de mañana Vito compre sus baterías y me sorprenda con una gran cena en casa, sólo para dos, y un volante de pago por adelantado del consultorio del Dr. César Mella para superar la falta de amor que me aqueja no sólo a mi, sino a medio mundo y para comprender porque el destino me trajo a Vito sin baterías y sin un delantal que diga: kiss the cook.


K.


No hay comentarios.:

Mi foto
Santo Domingo, Santo Domingo, Dominican Republic
This blog contains some of the small things of life that I really love; Words, enjoy.